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Dulces destellos que a cada instante estremecen mi vida, insisten en mostrame una verdad perfecta, como una melodía incesante, los siento en mi interior...
y la dulce canción que resuena en mis oídos, me eleva y me sostiene, me susurra bellezas sin nombre, y me muesta lo que realmente soy.

miércoles, 27 de julio de 2011

Palabras de Bach, una Historia del Zodiaco

Una bella historia en la que el propio creador narra de manera simple las virtudes de las flores.

Cuando nuestro señor, el Gran Hermano de la raza, consideró que era tiempo para que nosotros aprendiéramos otra lección del Gran Libro de la vida, el mensajero llegó brillando todo en la oscuridad de la noche, en el frío del invierno cuando la vida física se retrae, y anunció la revelación nueva de otro aspecto del amor que el hombre se estaba haciendo lo suficientemente fuerte para soportar. Pero los hombres estaban horriblemente asustados de la luz, de modo que en vez de sentir alegría y felicidad, se les tuvo que decir para que no tuvieran miedo que vendría a ellos la Paz y Benevolencia. Ante esas nuevas ellos escucharon de rodillas, con la mirada baja, para aseguarse que la tierra segura, que conocían, estaba aun bajo sus pies, porque sólo de esto ellos estaban seguros. Ahora el suelo en que vivían y que les daba alimento en abundancia, contenía muchas hierbas para su sanación pero debían encontrarlas ellos mismos.


Los Hermanos sabios de raza que hacía tiempo habían recibido las alegres noticias de las estrellas, buscaron esas hierbas, esas verdaderas amigas del hombre que tenían poderes para su curación, y ellos encontraron los "Doce Curadores" a través de la virtud de los "Cuatro Ayudantes".

Los Cuatro Ayudantes eran la FE en un mundo mejor que ellos esperaban algún día alcanzar, ahora se reflejaba en el brillante arbusto Gorse.






La Perseverancia del Oak que hizo frente a todas las tempestades, ofrecieron refugio y apoyo a los seres más débiles.








La Disposición para servir de Heather, que estaba alegre al cubrir con su simple belleza los espacios áridos sacudidos por el viento,







y el agua pura de manantial borbotiando de las rocas, trayendo Luz y frescura a aquellos cansados y doloridos después de la batalla.









Edward Bach, 1934

miércoles, 29 de junio de 2011

Tiempo de renovación

De acuerdo a la tradición mágica el invierno es la época de renovación.

Cada cierto tiempo es bueno y necesario hacer un análisis de nuestras vidas, y modificar lo que no nos está haciendo bien, el periodo ideal para esto es en invierno, esta es la época de la poda, de eliminar lo malo, lo negativo de nuestras vidas y de nuestra personalidad, todo lo que es un lastre en nuestro crecimiento y en nuestra evolución, para así crecer espiritualmente en nuestras vidas.
El invierno es tiempo de metamorfosis. Nuestro cuerpo nos pide bajar las revoluciones, aprovechemos de hacer un alto en el camino, y un pequeño autoanálisis, cómo estamos y qué queremos cambiar en nosotros mismos, sólo revisando nuestras personas y nuestra vida, podremos llegar a ver lo que necesitamos cambiar, y lo que nos impide avanzar.
En todo cambio es fundamental eliminar lo viejo para dar paso a lo nuevo, y cómo hacemos esto, polarizando, es decir llevar de un estado negativo al positivo, es decir, el rencor llevarlo hasta el perdón, odio hacia el amor, busquemos lo que nos desarmoniza y polaricemoslo.
Cambiar es posible.
Amar es creer en la posibilidad de poder cambiar, amarnos a nosotros es permitirnos el derecho de corregir nuestros defectos y permitirnos intentar ser mejores, amar a otro es no frustrar su crecimiento decretando que las personas no cambian, es decir cada vez que repetimos la tan usada frase, "la gente no cambia" le negamos el derecho vital a esa persona a cambiar, el derecho a evolucionar, a ser mejor persona.
Aprovechemos el tiempo en que las semillas se gestan en la tierra para gestar nuestros dones, somos capaces de modificar pautas erradas de nuestra vida, permitamosnos el privilegio aceptarnos, reconocernos y amarnos, de acercarnos a nuestra alma y a sus deseos, a estar en armonía con nuestro espíritu, a sonreír desde al corazón y a ser felices.

lunes, 2 de mayo de 2011

¿Por qué la energía floral sana?



La materia y la energía son dos expresiones de una misma sustancia energética primordial: energía vital. La frecuencia vibratoria de la energía vital determina la densidad de su manifestación.
Las frecuencias bajas corresponden a la materia física (cuerpo físico).

Las frecuencias altas corresponden a la materia sutil (cuerpos etérico, emocional, entre otros).
Si se quiere ejercer una acción terapéutica sobre los campos sutiles, es necesario suministrar energías que vibren con frecuencias altas, superiores a la del cuerpo físico. Y la energía floral es una de ellas.
La terapia floral es, desde esta perspectiva, una forma de curación que considera a la materia como una expresión de la energía y, al cuerpo humano, como un conjunto de campos complejos de energía que están en interfaz con los sistemas físico-celulares. Utiliza una forma especialidada de energía ( la energía de las flores) para que actúe sobre los sistemas energéticos en desequilibrio.
Como parte de la llamada "medicina vibracional", que agrupa
a las distintas formas de curación a través de la energía, la terapia floral considera que el orden molecular del cuerpo físico depende de esos campos de energía entrelazados como un complejo tejido, el que se nutre y recibe su organización de otros sistemas energéticos sutiles que conforman la interfaz entre la energía vital y el organismo humano. El modus operandi parece ser el siguiente: la energía floral entrega quantos específicos de energía sutil, la que efectúa un "reajuste" en el organismo, entendido este como unidad espíritu-mente-cuerpo. Este reajuste consiste en reequilibrar el flujo energético, armonizarlo, desbloquearlo.
Las energías de la trama sutil influyen en la reproducción celular tanto positiva como negativamente. Esto tiene capital importancia para entender la relación salud enfermedad.
los sistemas energéticos sutiles son afectados por las emociones, por factores ambientales y nutricionales y, en importante medida, por el equilibrio espiritual.
Estos planteamientos conducen en forma ineludible a la esencia de los postulados del doctor Bach, pues la armonización, el reequilibrio de los diferentes sistemas del organismo, llevan a la vigorización de la energía vital de la persona, cuyo flujo, a fin de cuentas, es la equilibrada y armónica conexión del alma con la personalidad.

Extracto del libro
Terapia Floral para niños de hoy.
Amanda Céspedes
María Ester Céspedes